miércoles, 14 de junio de 2017

GAIA

(Imagen de la red)
Les había mimado desde el mismo momento que les conoció, les regaló su belleza, les donó conocimientos,  les otorgó el poder sobre sí misma, en definitiva se puso a sus pies a cambio de unos pocos mimos, pero ellos infringieron las normas a su antojo.
Ella, prudente, paciente y hasta piadosa apenas si infligió algún que otro castigo pensando que aquellos equívocos eran causados por la ignorancia, después de todo errar formaba parte de la naturaleza humana.   

Y así década a década, siglo a siglo, mientras escuchaba los gritos de los árboles al ser arrancados de sus bosques, sintiendo como el veneno vertido en sus ríos y mares aniquilaba a sus habitantes acuáticos y se filtraba por su dermis, viendo masacrar a las bellas criaturas que poblaban sus praderas, polos… a golpes de sin razón, sazonar con cemento su piel hasta dejar estériles sus campos, comprendió que la codicia del hombre no tenía límite. Lloró.

Enfurecida con ella misma por su torpeza y con aquellos a los que ofreció tan libremente su generosidad,  hoy; como cualquier madre que intenta defender a sus crías, lucha con todas sus fuerzas, con todas sus armas contra el destructor;  en una guerra donde ambos pierden, aunque solo ella es consciente de las heridas.

Así  sus entrañas se sacuden feroces abriéndose en canal; lagrimas de fuego recorren laderas destruyendo, su cabello de sal se adentra en la tierra arrastrando hacia el océano todo lo que encuentra a  su paso, su respiración se torna huracán desolador,  se torna yerma provocando hambruna o llora durante días inundando el mismísimo desierto, hiela y deshiela a su antojo… Los jinetes del Apocalipsis cabalgan sobre su faz.

Cada jornada los noticiarios informan de una desdichada hecatombe en algún lugar del planeta. Cosas que pasan. La soberbia es más fuerte que la inteligencia, a ella le da igual, su venganza no ha hecho más que empezar, es consciente que muere apuñalada por la avaricia día a día, mas lo hace matando, sin perder su belleza, sin olvidar su armonía, después de todo es la gran dama, ella es Gaia.




©María Dolores Moreno Herrera.

(Escaparate realizado por Sue. Adm de la C. Relatos Compulsivos)

12 comentarios:

  1. Que buen relato, una crítica espectacular hacia dónde estamos llevando a nuestro planeta. Me ha encantando como has relacionado las catástrofes naturales con los sentimientos humanos. El ser humano, en su egoísmo, no es consciente de los estragos que está causando. Un saludo, me ha gustado muchísimo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias María Delgado me alegra que te haya gustado y bueno espero que sé que no, que de algún modo todos seamos un poquito conscientes de lo que nos dan y de lo que dejaremos para el futuro, aunque seguro que Gaia tendrá la ultima palabra.
      Besos.

      Eliminar
  2. No me extraña que obtuvieras premio en el concurso, Maria Dolores. Tu relato es de una belleza y una originalidad enormes. Encierra una gran verdad que quizás muchos no quieran ver pero que Gaia se encargará de mostrarles antes o después. Y entonces ya no habrá solución posible...

    Me ha encantado, ¡enhorabuena!

    Un beso de miércoles.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Julia, siempre tan generosa con tus palabras. Aunque la musa esta vez fue mi madre, con su paciencia inagotable hasta que estalla, ella me dio la idea y me hizo pensar en la otra madre igual de gentil Gaia,que algún día dirá basta.

      Un beso enorme y muy feliz verano.

      Eliminar
  3. Uy es un relato genial me encnato una frase que te la voy robar eres genial

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias mi linda mariposilla. Sabes que esta es tu casa y todo lo que hay aquí es tuyo, puedes llevarte lo que gustes.
      Mil besos y lindas vacaciones.

      Eliminar
  4. Me parece fantástico el alegato en voz de Madre tierra. Un grito de socorro, de aviso, e incluso de amenaza ante nuestro abuso indebido de sus bienes y criaturas.
    Llegará el momento en que se sacuda las garrapatas conocidas como humanos.
    Besos, relatora.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Francisco, como ya le comenté a Julia fue mi madre la que me llevó a Gaia, y como bien dice el dicho: No hay fiera más peligrosa que una madre defendiendo a sus hijos. Así que, no me extrañaría nada que un día no muy lejano nos mandara a todas las "garrapatas" a tomar viento fresco y con razón.
      Besos enormes y una vez más mil gracias por tu magia hechicero.

      Eliminar
  5. Un relato precioso. La personificación que has hecho de la Tierra me ha parecido magistral. Me ha transmitido mucho este relato, al leerlo se me ha puesto la piel de gallina, tanto por la belleza del relato como por la realidad que cuenta. Es una lástima lo que el ser humano le hace a la Tierra y quizás porque la mayoría no la ve como algo que siente. Me gusta mucho el comienzo, y es que es verdad, la Tierra nos lo regaló todo y mira lo que hemos hecho a cambio (mensaje que desprende muy bien tu relato).
    Muy buen trabajo. Un abrazo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias M.A.Àlvarez. Me alegra doblemente el que te haya gustado y el que te haya llegado. Espero que todos seamos capaces de poner un poquito para que podamos salvar nuestro hermoso y generoso planeta.
      Un beso.

      Eliminar
  6. Esa tierra generosa a la que usamos y maltratamos. Me ha gustado como le has dado voz a la tierra para recordarnos que todo es finito y que debemos cuidarla.
    Mucha suerte en el concurso.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Conxita, me alegra que te haya gustado el relato y la manera de transmitir el mensaje. Como bien dices debemos cuidarla si es que ya no es tarde.
      Besos.

      Eliminar

Gracias por acercarte, leerme, y dejar tu comentario.
¡Siempre serás bienvenido!