Ahí estabas dando mil razones, tus razones. Recitando el
refranero sobre el amor y diciendo que si amabas a alguien debías dejarle marchar…, hablando de tus sueños, tus
ideas, tus, tus, tus… ¿y yo?
Lo cierto es que no sé en que momento había dejado de
escuchar y me dejé llevar por mis propios pensamientos. Hacia mucho que, como
insertadas por invisibles alfileres, las mariposas que un día revolotearon en
mi estomago, yacían inertes en sus paredes.
No iba a engañarme, si se iba le extrañaría un día o una
semana, aunque también era consciente que no derramaría mares de lágrimas por él,
ni naufragaría en océanos de recuerdos o escalaría, hasta dejarme las uñas,
montañas de vivencias compartidas.
No le amaba ya y ni
siquiera estaba segura si alguna vez sentí algo más que afecto disfrazado. Parpadeé
tratando de volver a la realidad.
— Es
una gran oportunidad para mí—sonrió depositando un beso sobre mis nudillos—, te
amo, sabes que volveré.
Asentí cabizbaja, estaba tan orgulloso de si mismo que ni
siquiera se preocupó de mi tristeza cuando se marchó silbando calle abajo con
las manos en los bolsillos, lo que no le
dije fue que no estaría a su regreso.
Subí a casa me miré al espejo y apenas reconocí a la chica
de ojos tristes que me miraba desde el otro lado. Esa no era yo, un año de
amargo noviazgo donde uno mandaba y otro obedecía, lo único que tenía claro era que no quería que
su egoísmo acabara de anularme y terminar por convertirme en una marioneta en
sus manos.
A la mañana siguiente temprano fui al banco, vacié la
libreta de ahorros, cambié la mitad en divisa extranjera. Fui a la peluquería me
corté el pelo por que él lo odiaba, manicura, pedicura, masaje, más tarde me
gasté un buen dinero en un vestido rojo ceñido que me encantaba, zapatos de tacón
y bolso a juego, me cambié en la tienda. Me hice unas fotos de esas que te dan
en 5 minutos y las guardé. Luego fui a una agencia de viajes y saqué un billete
de ida al país de mis sueños para dos días después.
Regresé a casa hice la maleta, desoí los consejos de mis
padres, y el día señalado desde el aeropuerto antes de subirme al avión, envié un sobre a la
dirección de los padres de mi ex, en él contenía una foto.
Hace tres años de esto, sigo viviendo en el país de mis
sueños y me gusta asomarme a la ventana de mi pequeño hogar y ver el mar rugir
bravo contra los acantilados, así como bravas revolotean las mariposas en mi
estomago cuando me miro al espejo y veo la chispa relucir en los ojos de
aquella muchacha que decidió cortar los hilos que la ataban. En un rincón una
foto clavada en la pared de una joven vestida de rojo, en letra picuda y como
especie de recordatorio se puede leer: YO SI ME QUIERO.
©María Dolores Moreno
Herrera.
¡¡Genial relato!! Me ha parecido poderosísima la imagen de las mariposas inertes en las paredes del estómago... esa frase resume todo un mundo de desamor.
ResponderEliminarUn beso enorme, Mariola
Muchas gracias Chari, me alegra que te haya gustado, el desamor es tan poderoso como el amor. Un beso grande.
EliminarUy genial elato, uno aveces debe cortar los lazos permisivos y quererse . Me gusto el relato. Te un genial fin de semana
ResponderEliminarGracias mi preciosa amiga, sí a veces es necesario quererse un poquito. Feliz semana. Besos y achuchones enormes. TQM.
EliminarEl amor no es un "yo" y un "tú", es un nosotros.
ResponderEliminarMientras eso no quede claro en cualquier relación, esta, esta abocada al más estrepitoso de los fracasos.
Para amar a otro primero has de sentir aprecio por ti mismo.
Un relato el que nos dejas, muy esclarecedor y liberador.Hay que romper las cuerdas que nos ligan y arrancar los alfileres que nos paralizan.
Feliz día amiga. Un abrazo.
Completamente de acuerdo Francisco, en cuanto deje de ser un "nosotros" es otra cosa y sí no sentimos un poco al menos de respeto por nosotros mismos mal vamos. Muchas gracias como siempre por tu comentario y tu visita. Un abrazo y feliz semana.
EliminarUna manera increible de romper las ataduras, de darte cuenta que eres una persona que siente, que padece a pesar del otro y como no nunca olvidarl.
ResponderEliminarSi Mariola una vez más me has sorprendido y encandilado, de este relato me gustan hasta los comentarios. Besotes.
Emilia, te extrañaba mucho. Me alegra mucho tenerte de vuelta. Reconozco que me encanta haberte sorprendido, contigo es difícil y me alegra muchísimo que te haya gustado el relato. Un besazo enorme.
EliminarComparto la idea de Chari en cuanto a lo poderosa de la imagen de las mariposas durante el relato. Me agrada la forma en que desarrollas los relatos, te felicito.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Asterion, solo soy una aficionada hago lo que puedo, tus palabras me animan mucho. Un saludo.
EliminarPrecioso relato, besitos guapa!!!
ResponderEliminarGracias Cristina. Un beso linda.
EliminarUna decisión así es echarle ovarios a la vida. Tomaré nota, ja ja ja. Un abrazooo.
ResponderEliminarA veces hay que tomar el toro por los cuernos, no queda otra jajaja. Un abrazo grande.
EliminarUna decisión valiente y muy acertada, ese tío daba grima y, con el tiempo, le hubiera dado la patada a ella.
ResponderEliminarUn besito
Si yo también pienso que tomó la mejor decisión. Un besazo.
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