(Imagen de la red)
El salón de los Matsushita en Hawai estaba en penumbra. Eiji
miraba la foto de una niña sonriente.
Por su cabeza desfilaban los recuerdos. Un muchacho con tantas
ansias de medrar en la vida que, pasó
las pruebas de iniciación tan brillantemente que Akihiro Tsukino, se fijó en él
de forma inmediata. No dudó en jurarle disciplina, coraje y lealtad. Tatuó su
cuerpo como señal de respeto y orgullo. Por
honor, cuando ebrio de sake en aquella taberna de Kobe se fue de la lengua, cortó él mismo su
dedo meñique y envuelto en un paño de seda blanca se lo entregó. Lejos de
expulsarle esta muestra de valor, le otorgó la confianza de Tsukino, que sabiéndole
enamorado, le concedió la mano de su
hija Sakura, convirtiéndose en miembro de la familia.
Aprendió rápido y bien, extorsión, contrabando... De su
relación nacieron Ichiro y la dulce Hikari.
Como otros grupos, su suegro decidió expandir el negocio a
los EE.UU. Pisó suelo americano llevando consigo una lista de policias, politicos
corruptos, y el nombre de miembros del hampa con los que negociaban. Su cometido no era distinto al que realizaba
en Japón, delitos de guante blanco, bajo la tapadera de una empresa hotelera
que operaba en todo el país, que serviría para el blanqueo de capital.
Pronto el gran hombre de negocios fue conocido en todo el
territorio acaparando portadas con su bella y carismática esposa, en fiestas benéficas
y actos culturales. Ichiro estudiaba en Harvard, su hija pronto acabaría el
instituto. Formaban parte de aquella sociedad como una familia más. Eran
felices.
Todo iba a las mil maravillas hasta que el jefazo decidió ir
más allá y meterse en el negocio de la droga. No le bastaba con los casinos, la
trata, la prostitución…
Sabía que no era
buena idea, se lo hizo saber a su mujer, con la que no tenía secretos, quien estuvo de acuerdo e intercedió en
hablar con su padre; pero se negó, su palabra pesaba más que su propia vida.
La pastillita con un dragón en relieve, un potente y
adictivo alucinógeno hizo furor. Crearon su propia red de distribución saltándose
algunas reglas.
Lejos de los principios por los que se regían, a quien cabrearon no tenía ninguno. Su ira se
cebó en Hikari. La secuestraron, golpeada y violada la tiraron frente a la casa
como advertencia. La joven no soportó la vergüenza, esa noche la encontraron
muerta en la bañera.
Eiji murió con Hikari. No así Sakura, aunque
para el clan, la mujer era sumisa y débil, en su interior habitaba el espíritu
de los samuráis. La muerte de su hija no quedaría impune.
Dos semanas después del funeral, subió a su habitación, se
vistió adecuadamente y salió amparada por la oscuridad. Caminó como un felino
hasta el parque, oculta tras un árbol observo al muchacho, parecía un buen
chico Pedro Ramírez, una pena.
Salió de su escondite, sujetando la katana con firmeza. El
joven se puso en pie al ver la figura de negro que apareció de la nada, no tuvo
tiempo de reaccionar un silbido cortó el aire al tiempo que su cabeza rodaba
por el suelo alejándose del cuerpo que caía desplomado sobre el banco. Un tajo
limpio. Sacó tres extraños naipes de su traje y los depositó sobre el cuerpo.
Carlos Ramírez, estallaría por los aires esa noche, antes
sabría lo que es perder un hijo. Más tarde el fallecimiento de Tsukino. Que
indigno para él morir envenenado mediante paquete postal.
Sonrió caminando hacia casa. Eiji era el rostro pero, era
ella el corazón de la yakuza.
© María Dolores Moreno
Herrera.
Me gusto mucho esta entrada Maria Dolores muy bueno
ResponderEliminarMuchas gracias Ana María.
EliminarUn beso.
María, he disfrutado mucho tu relato con estos personajes que construyes traídos de la magia de Oriente, una narración dura y contundente con un ritmo que no nos da respiro, tensas la trama con talento y cierras el relato con maestría. Un relato de los mejores, sin duda. Gracias por pasar por mi blog y comentar, eres muy amable. Te deseo muchísima suerte en el concurso. Te mando muchos saludos.
ResponderEliminarAriel
Me alegra que te haya gustado y te agradezco tus palabras. Ha sido un placer pasar por tu blog y leer tu hermoso relato.
EliminarUn saludo.
No teníamos en el concurso un relato dedicado a la yakuza. Una historia dura y contundente, digna de lograr uno de los mejores puestos. Felicidades, Mariola.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias Bruno, para mi con participar ya es suficiente.
EliminarUn abrazo.
Saludos Mariola, un relato de mafia japonesa muy interesante, crudo e intrigante. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarTe agradezco el comentario Mery Pérez, me alegra que te haya gustado.
EliminarUn saludo.
Buena historia me encanto el final y el personaje Sakura, muy fuerte. Te mando un beso y te me cuidas.
ResponderEliminarMi linda muchísimas gracias, ya sabía yo que te iba a gustar Sakura.
EliminarCuídate mucho y mañana mismo me paso por tu blog a ponerme al día.
Millones de besos.
Un relato muy interesante con la mafia Nipona. Me ha encantado Mariola. Un abrazo
ResponderEliminarGracias María del Carmen, me alegra que te haya gustado y te pareciera interesante.
EliminarUn beso.
Un relato muy atrapante, muy bien narrado. La originalidad de la propuesta nipona es muy interesante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te agradezco el comentario Mirna, eso buscaba la originalidad.
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo.
Muy buena historia, me ha encantado Sakura tomando la venganza.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Conxita, me alegra que te gustara Sakura, aunque no es lo corriente en la mafia nipona si que algún caso se ha dado.
EliminarUn beso.
Que sorpresa, una no se espera que sea ella la que se vengue y sin embargo la madre coraje salió a flote y tomó en sus manos, a través de la katana, la revancha. Primero con un ojo por ojo, para que el maldito que se llevó a su hija supiese el dolor que se siente y luego, terminando con los culpables.
ResponderEliminarPara mi ya has ganado, primi, tu relato tiene todo además de originalidad -hasta en el título- lo que es tu sello.
Un beso grandote.
Bueno, bueno para ti siempre gano jajaja. Sabes que para mi lo importante no es eso sino ser original y sobre todo disfrutar con lo que escribo y con esta historia lo hice y mucho, aunque tuve que documentarme un poco. Dale las gracias a Marc Dacascos.
EliminarSé que te gustó el título 8 (ya) 9(ku) 3(za)jajaja. Lo que me reí.
Sabes que te agradezco que siempre estés ahí apoyando y animando con tus pompones. Te adoro.
Besos grandotes.
Hola amiga Mariola:
ResponderEliminarMe parece un estupendo cuento con una nueva particularidad añadida, es decir inspirarte en esa organización mafiosa japonesa, denominada "yakuza", creando una historia terriblemente trágica y bien desarrollada.
Besos y mucha suerte.
Muchas gracias Estrella, te agradezco mucho tu comentario. Donde hay mafia hay tragedia, aunque esta organización tenga la particularidad de ser bastante solidaria en casos de catástrofes con su pueblo.
EliminarUn beso enorme.
Las mujeres son fieras cuando se trata de defender a sus cachorros. El alma desgarrada de esta, hace que al estilo Tarantino de Kill bill no deje títere con cabeza.
ResponderEliminar¡Bestial!
Mil besos
Ciertamente así es Francisco, no hay fiera más terrible que una hembra defendiendo a sus cachorros. No he visto Kill Bill, pero sí sé que esta organización ahora más modernizada usa armas de fuego, su modus operandi siempre ha sido con katanas en honor a los samurais.
EliminarMil besos.
Un excelente relato que da para mucho más. No sé si viste Traffic, pero me hizo acordar un poco al personaje de Catherine Zeta-Jones, la esposa porque la que nadie da dos pesos y, a falta del esposo, toma las riendas del negocio.
ResponderEliminarLa frase del final es perfecta, en mi opinión. ¡Mucha suerte en el concurso!
Gracias Denise L. por tus palabras. No he visto la película que dices, en realidad la idea me vino por que vi a Marc Dacascos en un anuncio de una peli y me encanta una película que hizo hace años que se llama Cryman, no tiene mucho que ver pero me inspiró para hacer este texto. Tal como explico la mujer es sumisa, aunque como todo, la cara de la moneda es una cosa la cruz es otra.
EliminarMuchas gracias otra vez.
Un saludo.
Muy original hacer un relato sobre la mafia japonesa.
ResponderEliminarMuy bueno el final.
Saludos!
Gracias Federico Rivolta.
EliminarUn saludo.
Sentimientos encontrados, así me deja este relato, por un lado y como madre creo que perdería la cabeza por hacer justicia si algo le pasara a mis hijos, al mismo tiempo no puedo dejar de pensar que la muerte de esa hija es el resultado del modo de vida que llevan los padres a quienes no les ha importado hacer de todo para... No sé quizás no he sabido entenderlo.
ResponderEliminar