sábado, 23 de enero de 2016

DESTINO FINAL


Sentada al borde del abismo balanceo mis esqueléticas piernas. Observo con detenimiento a esas criaturas llamadas humanos. Ah, pobres diablos tan prepotentes, tan pagados de si mismos, esos que se creen dueños y señores, amos del mundo subidos en pedestales de barro, amasando fortunas,  codiciando los bienes ajenos, envidiando a sus semejantes… Insulsos pecadores, llenos de taras, asesinándose entre si por riquezas que jamás poseerán, matando en nombre de dioses que nunca vieron, justicieros de la nada...

Esos que se pasan una vida sin vivir, ocupados no en ser mejores sino en ser más que los demás, esos que por que a veces ganen una mano creen que vencerán una partida ya amañada desde su comienzo. Yo reparto las cartas y siempre guardo los ases entre las mangas de mi raída túnica, esperando con paciencia el momento de mostrarlos. No hago distinciones entre razas, clases, género o edad, todos me gustan, ni tengo prisa después de todo, mi existencia es eterna desde que el mundo es mundo y quien sabe si más allá de su final, seguiré aquí.

Me alzo sobre mis pies y comienzo mi implacable caminar, es hora de cortar algunos  hilos del destino, de  recoger parte de la cosecha. Sonrío de anticipación  imaginándoles perdiendo su vanidad, el orgullo y la dignidad, con  las caras desencajadas, los ojos desorbitados y lastimeros, las bocas abiertas emitiendo silenciosos gritos de terror, por que todos tiemblan de miedo ante mi presencia. Y ahí desnudos, solos y con las manos vacías, alzan la vista hacia mis cadavéricas cuencas e imploran llorosos lo que les fue concedido y no supieron valorar, tiempo para amar, crear, lograr, para existir más allá de respirar.

Y tú que ahora me lees, recuerda que la vida no es infinita. Aprovecha cada instante, por que quien sabe, tal vez seas el siguiente recibir de mi visita.

© María Dolores Moreno Herrera.


14 comentarios:

  1. Frente a la Muerte todos somos iguales; venimos sin nada y nos vamos sin nada. Ante eso nada podemos hacer, pero en mayor o en menor medida sí podemos decidir la clase de personas que queremos ser en vida y cómo ser recordados en nuestro pequeño mundo cuando ya no estemos.
    Muy buenas las reflexiones de "la parca".
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exactamente iguales, aunque nos creamos más o mejores. Como bien dices nosotros decidimos en vida. Espero que te haya gustado. Besos.

      Eliminar
    2. Por supuesto que me ha gustado, y mucho.

      Eliminar
    3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
  2. Uy tienes toda la razón, te mando un beso. Te quiero y espero que estes mejor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias guapa, ahí ando a ratos bien a ratos a empujones pero te recuerdo siempre. Un beso grande yo también te quiero y te extraño.

      Eliminar
  3. Exacto se creen esos que roban al pueblo para amasar inmensas fortunas que su viaje va a ser diferente, pues no al final todos iguales.
    Bella reflexión
    un besote

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, sí al final con el bolsillo vacío y lo mismo hasta con el peor traje que tengan. Un besote.

      Eliminar
  4. Ante una imagen de un esqueleto sita en una catedral leí una vez: Igual que te veo me vi, igual que me ves te verás.
    La muerte nos alcanzará a todos queramos o no.
    Abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En algún cementerio y capilla he visto esa frase o alguna parecida y cierto su sombra nos acompaña siempre y nos alcanza tarde o temprano. Un saludo.

      Eliminar
  5. El primer párrafo es brutal. Me ha encantado. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Gracias por el mensaje, a todos nos alcanza algún día, es inevitable su venida.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto Mirian, es inevitable, aunque vivimos como si nunca nos fuese a tocar. Un beso.

      Eliminar

Gracias por acercarte, leerme, y dejar tu comentario.
¡Siempre serás bienvenido!