El Jardín
Sentada en la vieja mecedora dejó la labor que tenía entre
manos y contempló con embeleso y orgullo los rosales que ya comenzaban a lanzar
sus capullos al cálido cielo primaveral. Curvó los labios con satisfacción ante
el bello espectáculo que ofrecían sus adoradas plantas.
Aún recordaba el día que las plantó, un gran agujero, un
hombre maniatado y amordazado con los ojos desorbitados viendo como la tierra caía
sobre él, cubriéndole, ahogándolo, produciéndole una lenta agonía en aquella
oquedad de la que no podía escapar. Esperó una larga jornada antes de colocar
sus preciados tesoros sobre tan especial lecho, tapar bien las raíces y verter
un poco de agua.
¿Cuál es el secreto para conseguir unas flores tan hermosas,
coloridas y olorosas? Le solían preguntar.
— Cuidados, esmero, amor —se respondió a si misma, tomando
las agujas para seguir tejiendo y meciéndose lentamente una mueca malvada se
dibujó en su boca—, y un fertilizante especial.
©María Dolores Moreno
Herrera.
¡Y tan especial, vaya! Me pregunto quién sería ese abono tan contundente... ¿tal vez su marido? ¿Al- gún infeliz que pasaba por la zona?
ResponderEliminarTal y como comenzó la historia no imaginaba este final tan impactante; además del asesinato impresiona sobremanera la sangre fría de la mujer.
Me encantó porque en un relato tan corto has conseguido sorprenderme.
Me alegro mucho que te guste, y bueno como siempre me dice alguien si no puedes poner tierra por medio ponla encima. Un beso y gracias.
EliminarEscalofriante relato, un abono humano. Por eso salieron esas hermosas plantas.
ResponderEliminarSaludos.
Pues ya ves cada uno tiene su secreto para conseguir hermosas plantas. Besos y gracias por tu visita.
EliminarUy buen relato me sorprendió el final, como dicen al que le hace la paga. Te mando un beso
ResponderEliminarGracias linda. No sé si lo hizo o no pero que pagó caro cruzarse con esa "amable" señora está claro. Un beso grandote.
EliminarUno de esos relatos que te deja con más preguntas que respuestas, los ojos como platos y el cuerpo preparado para... ser abono.
ResponderEliminarUy no sé si podría responder alguna pregunta, pero desde luego no me gustaría acabar como ese pobre diablo. Un gusto como siempre verte por aquí, tu casa. Un beso.
Eliminar¡Un relato de terror! Este género me gusta y la verdad es que has conseguido un relato muy macabro. Y es que hay una cosa que me ha encantado: la manera de empezar da la sensación de que va a ser un relato inocente, pero de repente se produce un giro inesperado y se empieza a narrar lo escalofriante.
ResponderEliminar¡Un saludo!
Gracias me alegro que te haya gustado, la verdad que con este genero se me suele ir la pinza bastante. Un saludo y agradecida de tu visita.
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